Al no masticar lento los alimentos, estamos aportando algunas consecuencias adversas para la salud en cuanto a la dificultad para digerir, disfunción digestiva, desequilibrio de los niveles de azúcar en la sangre, pérdida de energía, aumento de peso, etc. ¡Presta atención a esto!
Un estudio realizado en la Universidad de Helsinki mostró que las personas que no masticaban sus alimentos correctamente tenían más probabilidades de desarrollar trastornos de apetito, como anorexia, bulimia y otras patologías alimentarias. Esto se debe a que el masticar los alimentos fomenta la producción de enzimas y jugos digestivos.
Masticar lento es importante
Masticar lentamente los alimentos es importante por varias razones:
Digestión adecuada:
La masticación lenta ayuda a descomponer los alimentos en trozos más pequeños, lo que facilita que las enzimas digestivas descompongan los nutrientes de manera más eficiente en el estómago y el intestino.
Saciedad:
Comer lentamente permite que el cerebro reciba señales de saciedad antes, lo que puede ayudar a controlar el apetito y prevenir el exceso de comida.
Absorción de nutrientes:
La masticación adecuada contribuye a una mejor absorción de nutrientes, ya que los alimentos se descomponen en partículas más pequeñas que pueden ser absorbidas con mayor facilidad en el intestino delgado.
Evitar problemas digestivos:
Comer rápido puede causar indigestión, gases y malestar abdominal, mientras que la masticación lenta reduce la probabilidad de estos problemas.
Disfrute de la comida:
Masticar lentamente permite saborear y disfrutar más de los sabores y texturas de los alimentos, mejorando la experiencia gastronómica.
En resumen, masticar lentamente es una práctica saludable que promueve una mejor digestión, control del apetito y disfrute de los alimentos.
Fuente principal Ivan Samkov Pexels
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