Nuestra mente tiene poder, suele llenarse de un sinfín de pensamientos y es capaz de hacernos cambiar de estado de ánimo en un abrir y cerrar de ojos.

 

El inconveniente inicia cuando el estrés, la rabia y las preocupaciones aparecen generando sensaciones de desequilibrio. Estos sentimientos pueden afectar nuestra vida cotidiana, llenarnos de energías negativas y enfermarnos.

La meditación es conocida desde tiempos milenarios, tuvo grandes precursores y practicantes. Se basa en alcanzar un estado de relajación profundo en el que la mente nos proporciona mayor consciencia, paz y creatividad; es capaz de ayudarnos a ser más sensibles al mundo que nos rodea y aumentar nuestra compasión.

No es una religión en sí, pero ha sido puesta en práctica por diferentes creencias.

 

Todas las prácticas anteriores cuentan con características similares. Sin embargo, el objetivo final debe ser el mismo: eliminar el pesar y el sufrimiento. Esta es una condición que no conoce de religiones, pero que afecta a la mayoría de las personas. El tratamiento también debe responder a principios universales: el amor y la paz.

 

El meditar aporta resultados tangibles en el organismo. Refuerza el sistema inmunológico y alivia dolores.

¿Te animas a practicarlo?  ¡Toma nota!

  1. Elige un lugar en el que te sientas a gusto. Al principio te costará concentrarte, es común, así que debes evitar distracciones externas. Procura apagar el móvil, la tv, radio o cualquier aparato distractor.
  2. Utiliza ropa cómoda. Colócate prendas que te hagan sentir a gusto, faciliten la movilidad total del cuerpo y no te causen molestias.
  3. No uses zapatos ni calcetines. Esto permitirá relajar todo el cuerpo y te sentirás en mayor conexión con el ambiente.
  4. Busca una posición agradable. Ubícate durante un período prolongado en una pose en particular. Lo ideal es que tu cuerpo se encuentre lo más relajado posible.
  5. Inicia con la respiración. Inhala y exhala el aire, siente cómo recorre tus fosas nasales. Mantén el ritmo. No dejes de consultar los mejores ejercicios de respiración para meditar.
  6. Céntrate en un objeto. Si te cuesta liberar tu mente, inicia pensando en algo material que te ayude a no divagar.
  7. Decide la posición de los ojos. Puedes tenerlos abiertos o cerrados. A algunas personas se les hace menos complicado dirigiendo su mirada a un punto en específico del lugar en donde se encuentre.
  8. Repite un mantra. Son frases sagradas que se utilizan como apoyo al meditar. Mencionar un sonido una y otra vez te permitirá desconectarte de tus pensamientos.
  9. Establece horarios. Haz un esfuerzo por meditar diariamente y a la misma hora. Esto hará que se convierta en un compromiso que disfrutarás cada vez más.
  10. Practica la meditación en tu día a día. Cuando atravieses por momentos de estrés o molestia, toma unos minutos para respirar y concentrarte en lo que está sucediendo. Siendo más consciente de lo que sientes podrás mejorar diferentes aspectos de tu vida.

 

Piensa en que gastamos muchas horas en prácticas que no benefician nuestro bienestar personal. Las redes sociales, las salidas de fiesta y el tiempo de ocio nos hacen perder largos periodos de nuestra vida. Por ello, no dudes en invertir tiempo en esta actividad que te ayudará a liberar tu mente y sentirte más tranquila.

Ojalá que puedas soltar todas esas sensaciones que no te hacen bien y encontrar la armonía perfecta para tu vida. Conociendo tu yo interno manejarás mejor cada experiencia y podrás reconocer la verdad en lo aparente.

Una mente sana, en paz y saludable te ayudará a vivir mejor y a ser más feliz.

 


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