Llega una temporada de muchas celebraciones para disfrutar y compartir con familia, amigos y qué mejor manera que hacerlo con la bebida más elegante, alegre y ligera para paladares exquisitos como es el vino espumoso.
El origen del vino espumoso
Se remonta a cuando los monjes franceses embotellaban el vino y una vez que se completaba el proceso de fermentación los cerraban con un tapón de corcho.
Con este proceso se dieron cuenta de que cuando se bajaba la levadura y el azúcar, la transformación continuaba en la botella, creando burbujas de aire y mucha presión en el corcho, y cuando se soltaba el corcho “explotaba” y se dispersaba, permitiendo que parte del vino saliera.
Recomendaciones para maridajes con vino espumoso
Las burbujas son símbolo de alegría, celebración, fiesta y lujo, son muy importantes en el vino espumoso, ya que a través de ellas nos hablan de su calidad.
Cuantas más pequeñas sean y mayor permanencia tengan en la copa, denota la buena calidad del vino. Toma en cuenta que es fundamental servir frío, a una temperatura entre 6 y 8 °C, para que lo puedas disfrutar mucho mejor.
Además, puedes maridar perfectamente con pescados y carnes blancas o de ave, evitando salsas muy contundentes o espesas, por ejemplo, un pollo al curry o una pechuga de pollo envuelta en tocino.
Maridaje de burbujas y postres
Lo relevante a la hora de realizar este maridaje, es que el vino elegido sea capaz de resaltar los sabores de los postres.
El espumoso blanco y rosado es un aperitivo ideal porque prepara las papilas gustativas de la boca para lo que viene luego, combina muy bien con la mayoría de los platos excepto con los muy condimentados.
Sin duda, uno de los mejores maridajes para una copa de vino espumoso es una buena compañía o una conversación divertida que hará de este maridaje un momento especial e inolvidable. ¡Celebra la vida!
Fuente: Balero
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